miércoles, 31 de octubre de 2018

Anoche pudo ser la última noche

Ayer oí en una película una frase que me hizo pensar: los tiburones nacen sabiendo nadar. Es cierto, pero yo ni soy un tiburón ni sé nadar todavía. Me limito a flotar en el charco donde estoy estancada.  No estoy hecha para este mundo ni para esta vida, no tengo los mecanismos de defensa necesarios, ni la malicia, ni la astucia ni la resistencia suficiente. Hubo un tiempo en que me sentía tan segura de mí misma que incluso me creía capaz de nadar a contracorriente. Qué ilusa. Pronto se fueron cayendo los muros de todas mis certidumbres. Ahora sólo sé que no sé nada.

Hay una canción que me gusta mucho, Hello de Adèle. Dice: hello from de outside, at least don't say I never tried. Hola desde el exterior. Al menos no digas que nunca lo intenté. Eso también podía formar parte de mi panegírico. Lo he intentado con todas mis fuerzas pero a veces me siento derrotada y pienso si vale la pena seguir intentándolo. Tal vez soy como una gallina que se empeña en volar. Está claro que nunca lo conseguiré. Si no fuera por mi gallinero, desde luego hace tiempo que me habría rendido ya. Qué pinta una gallina en un mundo de tiburones.

lunes, 29 de octubre de 2018

Panegírico

El otro día estuve en el funeral de una señora muy rica. Sus nietos le agradecían lo bien que lo habían pasado los veranos en un palacete que les dejaban en una ciudad con playa. Como dijo el sacerdote, muy acertadamente, agradecían lo que había podido hacer por que tuvieran una vida mejor. Entonces me puse a pensar qué podrían poner mis parientes en mi panegírico. Se me han ocurrido un par de cosas. Por ejemplo: siempre tenía chocolate en la nevera. Y es cierto. O por fin lavó la ropa interior.

Eso tiene su historia. Es que yo lavo la ropa interior con agua caliente, así que la voy dejando en un cesto hasta que se llena, por no desperdiciar energía. Como a veces tarda dos o tres semanas en llenarse, ya me andan protestando de que se les acaba la ropa. Así, que qué mejor homenaje que decir que al fin lavé la ropa interior. Porque lo de pagarles las vacaciones o comprarles un coche por su cumpleaños me temo que no va a poder ser. Y las otras virtudes ya se sabe que no valen tanto.

viernes, 26 de octubre de 2018

La nada

Mi psicóloga es la única que comprende el enorme esfuerzo que supone para mí cualquier cosa. Levantarme por la mañana, vestirme, ducharme, salir de compras, hacer la comida, poner el lavaplatos. Si además consigo ir una vez a la semana a la gimnasia y al alemán, ya he conseguido una victoria. Otro reto, leerme una revista a la semana, seguir las series, leer los blogs. Todo ello sentada en el sofá naturalmente. Escribir un post de vez en cuando, eso ya son palabras mayores. Tengo que meditarlo durante horas. Lo que para otros es habitual, para mí es extraordinario.

Hay una cosa que recuerdo de cuando estaba muerta (aunque ya sé que no es posible), lo cansado que resulta respirar. Cientos de pequeños músculos se mueven en nuestro cuerpo para que la sangre circule por las venas y el aire por los pulmones, luego está el aparato digestivo, las neuronas, y eso sin ponerse en marcha. Ya si además quieres hacer algo, hablar, levantarte, eso es todo un trabajo. Y cuando dejas de controlar tu cuerpo, descubres que todo aquello era realmente cansado y lo bien que se está sin hacer nada. Una vez que lo has probado, la nada te atrae.

miércoles, 24 de octubre de 2018

La culpa

Llevo toda mi vida preguntándome hasta qué punto es culpable una persona que no está bien de la cabeza. Por ejemplo, alguien traumatizado desde niño, alguien afectado por las drogas o el alcohol, o un mentiroso que llega a creerse sus mentiras. Y qué decir de los manipuladores natos que utilizan ese don en su propio beneficio. Cuando llegue la hora del juicio final, podrán decir que no eran conscientes del daño que hacían. He conocido muchos casos de gente así, que sin embargo contaba con muchos amigos. No sé si sus virtudes compensaban a sus vicios o es que sólo yo los notaba.

Pero qué pasa con las víctimas, con las personas que han sufrido sus diatribas, sus insultos velados, sus malas acciones. Es que no hay justicia para ellos, porque no estaban bien de la cabeza, o porque digamos que su conciencia no funcionaba correctamente?. Es justo culpar a alguien que no puede evitar ser como es?.  Hasta qué punto vale la pena guardarle rencor, si ni siquiera se acuerda de lo que ha hecho. El mundo está lleno de ofensores inconscientes. Y cuanto más poder atesoran esas personas, mayor es el daño que llegan a hacer.

lunes, 22 de octubre de 2018

Domund, ¿que no evangelicemos?

No hay necesidad más urgente que la de dar a conocer las inconmensurables riquezas de Cristo (1) a los hombres de nuestra época. No hay empresa más noble que la de levantar y desplegar al viento las banderas de nuestro Rey ante aquellos que han seguido banderas falaces y la de reconquistar para la Cruz Victoriosa a los que de ella, por desgracia, se han separado. Papa Pío XII

Resulta que dice Francisco que no debemos hacer proselitismo porque es contrario al ecumenismo. Es decir, que los miles de misioneros que han dejado su vida en los lugares más recónditos del planeta estaban equivocados, porque hacían bien en cuidar de los pobres pero no debían intentar convertirlos al cristianismo.  Y los cientos de mártires que aún hoy mueren por no querer renegar de su fe cristiana también están dando su vida en vano ya que da lo mismo la religión que se tenga si todos se salvan.

Marcos 16:15-18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 

Lo siento, no lo digo yo, lo dijo Jesucristo, pero ahora resulta que la Iglesia lleva dos mil años equivocada y su misión se limita a la de las Ongs., a auxiliar a los necesitados, y también se ocupa del cambio climático y las migraciones. Pero lo de convertir, no. Eso es cosa del Espíritu Santo. Pues no estoy de acuerdo. La misión de la Iglesia es evangelizar y lo demás se dará por añadidura.

viernes, 19 de octubre de 2018

Cáncer, de mama, sólamente

Lo siento pero hay cosas que me enervan, como el día del cáncer de mama. Yo tuve una cuñada que murió de eso y otra que lo tuvo. Pero también tengo otra con cáncer de estómago y otra de colon. Así que tendré que decirles que se aguanten, porque su cáncer no es popular ni feminista. Por no hablar de mi suegro con cáncer de pulmón y el de próstata que es el más habitual, pero como lo sufren los hombres no cuenta. Ni tampoco el tumor cerebral que tuvo mi otro cuñado. Para todo hay clases, incluso para el cáncer. Por no hablar de otras enfermedades invisibles, como la malaria.

Pero sólo merecen investigación las enfermas de cáncer de mama. Por cierto que los que invierten más en eso son las farmacéuticas por la cuenta que les trae. No entiendo que se pida más dinero sólo para tratar este cáncer, como si todos los demás enfermos no tuvieran los mismos derechos. Aparte de que por desgracia, más inversión tampoco garantiza más éxito porque luego depende de muchos factores. Así  que, ¿no estamos todo el día reclamando igualdad?, pues igualdad es para todos. No sólo para lo que está de moda entre los famosos.


jueves, 18 de octubre de 2018

Mis padres

Tenía yo unos cuarenta y dos años y me las prometía muy felices después de haber criado a mis hijos. Por fin mi marido y yo podíamos salir ya solos otra vez. Recuerdo que estábamos en Madrid cundo recibí una llamada que me hundió porque mi padre se había roto la cadera. A partir de ahí, dieciséis días yendo al hospital, porque ya he dicho que soy la más tonta de la familia. Luego le pusieron la diálisis, mi madre empeoró del parkinson, y los siguientes años los pasamos entrando y saliendo del hospital al menos dos semanas al mes, cuando no era por uno era por el otro.

El problema es que yo no vivo en Madrid, ni conduzco bien, así que cada vez que tenía que ir perdía hora y media de ida y otro tanto de vuelta, tres horas de camino, más luego el tiempo que estuviera allí. De manera que suponía salir a las tres y volver a las nueve, si era por la tarde. Aquello trastocó totalmente mi vida. Aparte del sufrimiento de verlos estar cada vez peor. Hace cinco años que murió mi padre y dos de mi madre. No sé cómo pude soportar esa situación, pero yo les quería, les quiero mucho. Sólo ahora he conseguido hacerme a la idea de que ya no están en su casa.

martes, 16 de octubre de 2018

Treinta años

Este fin de semana he estado en un balneario en Castilla León porque era mi treinta aniversario de bodas. Nos fuimos con el huracán Leslie y volvimos con el Michael pero nos daba igual porque estábamos en el hotel. El balneario es precioso y tiene una piscina muy grande con muchos chorros donde caben unas treinta personas. Comimos y dormimos bien y volvimos el lunes. Fue muy agradable y tenemos que repetir, antes de treinta años. La lluvia acompañaba porque también llovió a mares en la celebración de nuestra boda, con rayos y truenos.

Como dicen, novia mojada, novia afortunada. Y aquí estamos treinta años después, cosa que poca gente de nuestra edad puede decir ya por desgracia. Los veinticinco años no pudimos celebrarlos porque mis padres estaban muy enfermos. Teníamos un viaje reservado que hubo que anular. Espero que algún día lo hagamos. Pero para nosotros la verdad es que un par de días de asueto y tranquilidad es suficiente. No pudimos ver mucho el pueblo porque hacīa frío pero visitamos parte de un castillo. Sólo espero que mis hijos también tengan la suerte de encontrar a la persona adecuada.

viernes, 12 de octubre de 2018

No somos más tontos porque no practicamos

Me gustan los dichos populares, tanto los de autor conocido como los que se difunden de forma anónima. De hecho durante un par de años estuve escribiendo posts basados en esas frases y luego los autopubliqué en dos libros, que creo que no he comprado todavía. Hubo un momento en que tenía muchas esperanzas puestas en mis libros, y además mi blog era mucho más conocido, pero no tardé en darme cuenta de que no iba a hacer de ello un negocio. Muchas descargas gratuitas pero nada más. Para ganar dinero con los libros hace falta una editorial y publicidad y también suerte.

De todos modos, yo no me puedo considerar una escritora de verdad porque no tengo imaginación. Todo lo que escribo sale de mis pensamientos pero soy incapaz de crear una trama o unos personajes. Igual que puedo copiar más o menos un dibujo, pero no crear un diseño.  Esa parte de mi cerebro no funciona. No tengo creatividad. Tal vez por eso me gustan tanto las frases manidas. Pero tal vez es que lo que más se repite es porque lleva razón. Y tal vez deberíamos dejarnos llevar más por la sabiduría popular en lugar de intentar siempe inventar algo nuevo.

jueves, 11 de octubre de 2018

El tiempo

El otro día me hice un análisis de sangre y tuve que poner mi edad. Me cuesta mucho aceptar que ya tengo 52 años. A veces me parece que se me han volado veinte años. El caso es que a temporadas parecía que el tiempo no pasaba, como cuando los niños estaban malos y cuando los llevaba y traía del colegio. Pero ahora que ya son jóvenes me gustaría poder volver atrás a cuando nos sentábamos los cinco en un sofá para tres a ver películas de dibujos. Parece que fue ayer cuando dependían en todo de mí y yo no tenía tiempo para pensar, cosa que me venía muy bien.

Ahora pienso demasiado y sin embargo no consigo ordenar mis ideas. Me paso el día preocupada por su futuro y no veo el momento en que tengan su casa, su familia, su vida. Pero sé que cuando eso suceda les voy a echar mucho de menos, y es que así es la vida de contradictoria. Te pasas el tiempo esperando que pasen cosas, para luego lamentar que ya hayan pasado. Pero lo peor es la incertidumbre de no saber si todo saldrá como esperas. Y así se te va la vida sin darte cuenta, hasta que miras el carnet y ves que ha transcurrido otra década.

martes, 9 de octubre de 2018

Cuéntame mi vida

He estado viendo la serie Cuéntame, la temporada pasada. Siempre la veo al cabo de los meses y los episodios seguidos. Y siempre me siento muy reflejada, no porque mi familia fuera tan conflictiva, que ya es difícil. Se pasan un poco con los argumentos, pero comprendo que quieren abordar todos los temas de actualidad. Pero sí que reflejan una familia donde todos son diferentes y defienden su punto de vista, lo cual también pasaba en mi casa, y pienso que es sano aunque sea una fuente de conflictos. Lo malo es cuando no se habla y las palabras se enquistan en la garganta. Cuando los sentimientos se guardan en cajas de caudales.

Yo era de guardármelo todo y sólo lo sacaba en mis letras. Escribía en papeles sueltos que iba guardando en los libros. Me temo que todavía debe quedar alguno por ahí. Soltaba toda mi rabia, mi frustración, mi soledad. Así luego podía seguir con mi apacible vida, siempre aferrada a algún libro. Hasta los veinte años no supe lo que era vivir la vida. Así que he intentado que la de mis hijos estuviera llena de vivencias, al menos mientras estuviera en mi mano. Porque una vida sin relaciones ni experiencias no es vida, a no ser que seas monje de clausura y la hayas elegido. Todavía cuando pienso en mis años de soledad no sé cómo pude soportarlo. Supongo que porque no tenía otro remedio.

lunes, 8 de octubre de 2018

La muerte

Fui una hija del Ogino, es decir que mis padres no me esperaban. Para colmo mi abuela materna murió al poco de nacer yo, así que mi madre estaba deprimida. Con eso, y las costumbres de la época, me tocaba pasar todo el día sola en una cuna sin apenas atención. Ya sé que no debería acordarme pero recuerdo la sensación de soledad e indefensión. Entonces llegó el verano y mis padres hicieron su habitual viaje a Galicia. Durante el camino yo aproveché para morirme. Ahora dicen que los bebés pueden dejar de respirar voluntariamente. Yo puedo atestiguarlo. Fui ralentizando mi respiración hasta que no respiré más. Recuerdo que estando muerta era consciente y me encontraba muy a gusto, con lo cual fue una faena que mi madre se diera cuenta y me sacudiera haciéndome respirar.

Camino del hospital morí otro par de veces, una por media hora y finalmente me resucitaron. Me esperaban todavía diez años de falta de atención y apego. Mi padre viajaba mucho y mi madre estaba siempre ocupada con la casa y sus otros hijos, especialmente mi hermana. Yo tampoco ayudaba mucho porque era una niña muy introvertida. Al poco tiempo empecé a rezar por mi muerte. La idea me resultaba atractiva. Sólo lo hubiera sentido por mis seres queridos. Cuando dejé de pedirlo alguien intentó matarme.  Como dice más o menos la canción: soy amiga de la muerte.

jueves, 4 de octubre de 2018

Mis plantas

Desde pequeña me han gustado mucho las plantas y me he ocupado de ellas. La casa de mis padres era muy luminosa y estaba llena, así que había que regarlas casi todos los días. Recuerdo que teníamos sobre todo coleos, que se daban muy bien, aunque ahora dicen que dan mala suerte. En mi piso tengo unas veinte plantas, la mayoría en el salón y en la terraza que está cerrada. En la cocina tengo mi colección de cáctus que me ocupa media encimera y mi marido siempre se queja de que no hay sitio, pero es que hay mucha luz y les encanta. 

En la casa del pueblo, como está en la sierra, tienen que ser plantas muy resistentes al frío y al calor, lo cual no deja muchas opciones. Aún así, la verdad es que nos pasamos el día probando plantas nuevas a ver si resisten y a veces lo conseguimos tapándolas en invierno. Yo también me encariño con las plantas y siento cuando alguna se estropea. Aún guardo tres plantas de mis padres. Confieso que cuando las riego voy cantando por lo bajo por si les gusta. Por lo demás, procuro no regarlas demasiado porque pienso que es mejor quedarse corto que pasarse.  Las plantas también son parte de nuestra familia.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Mis animales

Cuando tenía cuatro años mi hermano mayor trajo a casa un perro, un precioso setter irlandés que se ganó nuestro corazón inmediatamente. Ese perro fue mi mayor fuente de cariño y compañía hasta que murió ya con dieciséis años. Yo le llamaba mi hermanito perro, y mi cachorro, aunque tuviera ya setenta años de persona, y él se comportaba como si lo fuese. Cuando murió fue uno de los peores días de mi vida, pero afortunadamente yo acaba de empezar a salir con mi marido y eso mitigó un poco la pérdida, aunque siempre estará en mi recuerdo.

Ahora tengo un gato negro de seis años y es el rey indiscutible de la casa. La relación con los gatos es un poco diferente. No van detrás tuyo, pero cuando te dan su cariño te sientes el más afortunado. Un gato se comunica por el tacto y es todo ternura, cuando el quiere, por supuesto. No quiero ni pensar en el día en que se nos muera. Es lo malo que tienen las mascotas, que viven poco, o al menos se hace muy corto porque su compañía es impagable. Son almas puras que nos honran con su compañía. Quien los maltrata, no tiene perdón de Dios.

Por cierto, no os perdais la película Alpha.

lunes, 1 de octubre de 2018

Actores españoles

El otro día vi una película francesa que no estaba mal, donde trabajaba una actriz española; así que pensé: qué horror, no habrá quién la aguante. Pero el caso es que actuaba bastante bien dentro de lo que cabe, así que llegué a la conclusión de que el problema no son los actores sino las películas. Los actores y actrices españoles sobreactúan de una forma esperpéntica. Los argumentos son manidos, previsibles y simples como para niños. Todas las emociones son exageradas e histriónicas. Incluso las escenas de acción parecen falsas. Y las gracias no tienen ninguna gracia.

Cuando veo un anuncio en la televisión, ya he visto bastante. No pagaría por ver ninguna de ellas. Creo que ni siquiera iría si me pagaran. Las películas francesas suelen ser bastante lentas, pero al menos tienen argumento. Las americanas tienen exceso de movimiento en cambio para mi gusto. Pero la mayoría de las españolas modernas no hay por dónde cogerlas. Incluso las películas de los años setenta, con ser tan previsibles. eran mucho más entretenidas. Y para colmo, encima se sienten prepotentes para hablar de política, cuando no saben ni hacer su trabajo.

VIVIR CON PAZ Jazmin blanco en octubre 01, 2018

Me ha gustado mucho tu post pero hace días que no consigo comentar.