jueves, 29 de noviembre de 2018

Ocho años de depresión

La verdad es que no sé si contar ocho o diez años, porque ya estuve en tratamiento antes. Primero fue la ansiedad que me tenía siempre inquieta pensando que algo malo podía pasar. Luego empecé a sentir que nada tenía sentido, y acabé llorando a todas horas. A aquello contribuyò mucho las enfermedades de mis padres, que siempre habían sido personas tan activas y positivas. Supongo que el mundo se me empezó a derribar cuando me di cuenta de que ya no tenía el control de la situación, que mis hijos ya eran jóvenes y el tiempo corría.

Todos esos planes e ideas preconcebidas que había tenido estaban caducando porque ya no era el momento ni el lugar adecuado. Cuando uno es joven, el abanico de posibilidades es inmenso aunque luego decidas limitarte tú mismo a un campo. Pero con el tiempo ves que las capacidades y las oportunidades van mermando y ya no puedes elegir, aunque realmente no quisieras. Entonces te ves atrapado en un momento dado, convertido en espectador de una realidad que ya no tienes el poder de cambiar. Supongo que luego ya depende de tu capacidad para asumir las cosas. La mía es limitada.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Me duele el corazón

Hace una eternidad leí un anuncio que decía algo así como: me rompe el corazón ver mujeres más jóvenes que yo que parecen más mayores. Era un anuncio de crema. Recuerdo que me pareció muy mal utilizar esa expresión para algo tan vacuo y superficial. A mí me duele el corazón por muchas cosas y especialmente cuando se acercan las navidades. Sobretodo cuando miro la foto de mis padres, que parecen tan vivos, tan saludables, que todavía hoy no me puedo hacer a la idea de que ya no estén entre nosotros.  Es un dolor incurable. El dolor de la ausencia.

Pero también me duelen mucho los niños sin futuro, esos que no llegan a los cinco años de edad. Y los que los superan pero sus espectativas de vida tampoco son mucho mejores. Los que se llevan a otro país para seguir viviendo en las mismas condiciones que tenían en su lugar de origen. Me duelen los ancianos olvidados por sus parientes que dejan la vida pasar. También los enfermos crónicos y los que los cuidan. Me duelen los que se pierden en las drogas y el alcohol  para soportar un mundo que no comprenden. Y también me duelen mucho los animales indefensos, especialmente cuando son maltratados por sus propios dueños. Me duelen demasiadas cosas.

martes, 27 de noviembre de 2018

La música

Dicen que la música es alimento para el espíritu y yo estoy de acuerdo. Sin embargo, hace años que apenas la escucho por una razón bastante tonta y es que, en cuanto oigo una de mis canciones favoritas, se me pega incluso durante semanas. Además, como sólo me acuerdo de los estribillos, ando repitiendo siempre lo mismo, especialmente antes de ir a dormir, con lo cual no cojo el sueño. Así que, muy a mi pesar, apenas me atrevo ya a escuchar música. Incluso la clásica o sinfónica también se me pega.

Mis gusto musicales son muy variados y lo mismo estoy con canciones de la época de mis padres, como con Melendi, o incluso algo de reggeton. También me encantan las baladas de rock, el pop británico y algo de música electrónica o celta. Lo que no me convence para nada son los muchachos de música de bote, de operación triunfo y similares, que suenan todos igual porque los han hecho por el mismo patrón. Pero mi música preferida me temo que siempre será la de los años ochenta porque para algo entonces era joven.

lunes, 26 de noviembre de 2018

La comunicación por internet

Al hablar en persona existen unos códigos gestuales que acompañan al mensaje y de alguna manera lo complementan. No así al escribir, ya que las palabras son las que son y a veces al elegirlas no se acierta del todo. Por eso es habitual que haya malentendidos. También es verdad que hay gente que sólo acude a comentar los artículos con el objetivo de sembrar cizaña y crear polémicas donde no las hay.  Es el precio que tienen que pagar los famosos. Yo, como afortunadamente no lo soy, disfruto hoy en día de unas relaciones bastante apacibles.

Cuando abres tu corazón y cuentas tal vez más de lo que deberías, te acusan de sensiblería y buscar conmiseración, pero si te limitas a los hechos, entonces eres frío y calculador. Si te implicas en temas polémicos, eres un provocador, pero si te mantienes equidistante, entonces es peor. Eres un tibio que va con el sol que más calienta. Es admirable la capacidad que tienen algunos de molestarse por temas absolutamente inofensivos. Otras veces en cambio esperas una reacción y no la consigues. Así que para dedicarse a esto hay que tener una coraza de la que algunos carecen.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Las delicias de la maternidad

Cualquiear que haya tenido hijos, sabe que compensa, sólo con verles dormir, limpios y bien alimentados. Incluso si es uno de esos antiguos aristócratas que sólo los veían a la hora de acostarse para darles un beso de buenas noches. Se perdían todo lo bueno, pero también lo malo. Porque luego los hijos crecen y pocas madres serán las que no habrán oído eso de : tú no tienes ni idea de esto, no entiendes nada, no quieres más que fastidiarme la vida, y cosas aún peores. Forma parte de la temida adolescencia, incluso en los chicos más tranquilos, como han sido los míos.

Cuando oigo o leo a madres jóvenes hablando de las dulzuras de sus retoños, siempre pienso, espera y verás. Porque además yo creo que cuanto más revoltosos hayan sido de niños más posibilidades tienes de acabar lidiando con un pequeño monstruo sin gota de empatía. Como dice el proverbio chino: siéntate a la orilla del río y verás pasar los cadáveres de tus enemigos. Afortunadamente una madre es una criatura con una resilencia increíble y una paciencia inagotable, porque si no la raza humana ya se habría extinguido. Así que sólo hay que esperar a que pase el efecto de las hormonas y tus pequeños querubines vuelvan a casa con cara de no haber roto nunca un plato.

viernes, 23 de noviembre de 2018

Los idiomas

Después de que los mil y uno infortunios nos dieran un respiro, decidí apuntarme a gimnasia china, cosa que me ha venido muy bien porque había perdido mucha movilidad. Al mismo tiempo me apunté a unas clases de árabe que, por desgracia sólo me duraron año y medio porque el profesor tuvo que marcharse. Pero ya aproveché para repasar un año de alemán en la escuela de idiomas. Al año siguiente dejé la clase porque no me gustaba el profesor, pero retomé el francés. Una vez más lo dejé al siguiente año y decidí volver al inglés, donde terminé un ciclo.

Después decidi volver al francés, con más suerte esta vez, y continué durante dos años. Ahora estoy repasando otra vez el alemán pero de un modo más relajado esta vez. Es decir, que me mantengo en forma física y mentalmente, a pesar de lo que el famoso escritor insinuaba sobre la inutilidad de las amas de casa. De todas maneras me gusta decir que una mujer que no trabaja es a la vez secretaria, enfermera, psicóloga, capataz, cocinera, contable..., y puede estar mucho más al día de lo que ocurre que otra que se pasa el día en la oficina. Todo es cuestión de organizarse.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Erase una mujer a un pañuelo pegada

Cuando me hice las pruebas de la alergia me salió positivo a todos los pólenes, los hongos y los ácaros, y el pelo de animales. De todas maneras ahora estoy algo mejor. De pequeña entre eso y los catarros estaba hecha un poema. aún así no puedo salir de casa sin al menos un pañuelo y estornudo de la forma más escandalosa. Nunca he sido capaz de estornudar discretamente. Como imaginareis este problema tampoco facilita hacer amigos.Como decía una actriz cómica, los antiestamínicos existen, pero no funcionan.

Como los pañuelos normales no me siven para nada, utilizo los de mi marido. Tengo la nariz grande y aguileña, así que es difícil que pase desapercibida. además cuando como me sueno mucho más. Sólo quien tenga este problrma tan desagradable como inofensivo puede hacerse a la idea de hasta qué punto puede limitar tu vida social. pero, como en mi caso no es más que uno entre muchos tampoco le doy importancia. Total, uno más uno menos, qué más da.


miércoles, 21 de noviembre de 2018

Trescientas entradas en casi dos años

No es que sea mucho comparando con mis blogs anteriores pero es más de lo que esperaba. Pensaba que ya no me quedaba mucho más que decir. Empecé a escribir un mes de abril de hace ya unos once años. Entonces no era consciente del lío en que me estaba metiendo ni mucho menos pensaba que duraría tanto tiempo. Como ya he dicho alguna vez, en aquella época me sentía muy segura de todo y ahora no lo estoy de nada. Se me ha pasado el tiempo sin darme cuenta y ahora no sabría decir qué es lo que he hecho.

Me hace gracia cuando encuentro un blog recién abierto con todas las ideas por estrenar y me recuerda a mis principios. Arranqué con demasiada fuerza y luego no supe asimilarlo. Ahora ya no tengo ganas de batallas, sólo de tranquilidad. Supongo que seguiré escribiendo mientras tenga tiempo y no me falle la inspiración. Disfruto mucho leyendo otros blogs e inspirándome con ellos. Supongo qe al final mi blog ha acabado siendo lo que tenía pensado: un diario abierto al mundo. Mientras dure espero no aburriros demasiado.


martes, 20 de noviembre de 2018

La niña del portero

Durante más años de los que quiero recordar, yo fue como un fantasma deambulando por mi casa sin que nadie se percatara de mi presencia. Mis hermanos eran mayores, mi hermana estaba a sus cosas, mi padre no estaba y mi madre andaba ocupada con las labores del hogar. Realmente pasaba más tiempo con la asistenta cuando lo había. así que para distraerme bajaba a veces al portal del edificio a curiosear. Hubo una temporada en que, no sé por qué me mandaban todo el tiempo abajo a ver si había correo. Supongo que tenían cosas serias de que hablar, o simplemente no me querían por allí.

Dice la psicóloga que soy como un perrillo falto de cariño, que ando arrimándome a todos en busca de caricias y de atención. De tanto estar en el portal con mi vestido de por casa, los repartidores pensaban que era la hija del portero y me preguntaban por mi padre; lo cual a mí me sentaba fatal, no por nada, sino porque no era verdad y yo no era una mentirosa. De manera que dejé de bajar al portal. Al poco empecé a salir con una vecinita de mi edad y me pasaba el día con su familia.. Hasta que la cambiaron de colegio y perdimos el contacto y volví a ser el fantasma de mi casa.

lunes, 19 de noviembre de 2018

La impotencia mental

Por no confundirla con la física, que luego me entra aquí de todo. Si algo se aprende con los años es que no puedes conseguir todo lo que quieres. Da igual que lo tengas clarísimo desde el principio porque es que no depende sólo de ti. Hace diez años yo estaba convencida de haber educado muy bien a mis hijos y que nada podía salir mal. La vida me ha enseñado que hay imprevistos que no puedes evitar. Una vez que fue mi hija mayor a esquiar y se estrelló y casi se mata. Cinco costillas rotas por ocho sitios y un neumotorax. Por eso precisamente nunca les había dejado ir antes.

Pero hay quien esquía todos los días de su vida y nunca le pasa nada. Yo en eso siempre he seguido la máxima de piensa mal y acertarás y casi siempre he acertado. Por eso ahora ya no me atrevo a planificar nada. He llegado a la conclusión de que no está en mi destino tener éxito. Dentro de lo que cabe, con todos mis problemas, se puede decir que ya he conseguido demasiado y debería darme por satisfecha. Pero tengo un duendecillo dentro que siempre quiere más. Al menos ver a mis hijos colocados, con familia y a ser posible cerca de casa. Me temo que sigo pidiendo demasiado.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Discriminaciones

Estamos un poco obsesionados con este tema. Bastantes discriminaciones reales hay en el mundo para andar inventando más. El otro día en una serie criminal decían que habían matado a un chico por ser sordo. Lo cierto es que lo habían matado porque no contestaba y precisamente porque no sabían que era sordo. Cuando en Suecia intentan justificar que los inmigrantes musulmanes violen chicas, les hacen un flaco favor. Con esa actitud están dando a entender que es algo normal para ellos. Decir que un chino, un homosexual o un gitano han cometido un delito no es discriminar, es narrar los hechos.

La asesina del niño Gabriel no es atacada por todos por ser negra, como dicen algunos, sino porque mató a un niño con un martillo. Lo que es injustificable es que sus propios padres intenten quitarle importancia. Eso es antinatural. Parece que la ideología pueda más que el amor. Otra cosa es que se quiera aprovechar estos hechos para decir que todos los inmigrantes son criminales. Pero no se puede negar que entre millones de personas, algunos sí que lo sean. Esconder la cabeza debajo del ala no soluciona nada. Y mientras los cristianos siguen siendo martirizados en muchos lugares y a nadie le importa.

Pero si eres hombre, blanco, cristiano y heterosexual, más te vale no meterte en líos porque nadie te va a defender.

jueves, 15 de noviembre de 2018

La hija de Cayetana. Carmen Posadas

No suelo leer libros pero nunca me pierdo los de Carmen Posadas porque sé que me enganchan. Este es un libro ameno, entretenido y a la vez muy interesante porque describe una época de la historia de España poco conocida. Se ve que la autora se ha documentado muy bien. Narra la historia de una niña mulata a la que la Duquesa de Alba recibió como un regalo y acabó adoptando como una hija. Al mismo tiempo cuenta las vicisitudes de su verdadera madre intentando localizar al padre y a la niña. Esta parte supongo que está más novelada.

De pequeña solía leer libros sin parar, algunos no propios para mi edad. Después, con el tiempo y las vicisitudes de la vida la verdad es que me cuesta mucho concentrarme y encontrar uno que me enganche. Me he leído el libro en dos días y muchas horas, porque no podía dejarlo. Y esa es la mejor recomendación que puedo dar. Siempre me pasa con los libros de esta autora, así que es una apuesta segura. Por eso voy a encargar el último que ha sacado que se llama La maestra de títeres. Ya os contaré si también me ha gustado como éste.

De problema en problema

Tras ocho neumonías diagnosticadas de mis hijos, y el asma de la niña mayor que me obligaba a levantarme todas las noches a darle un jarabe de codeína; resulta que la pequeña a los siete años enfermó de púrpura, que es algo bastante grave. De manera que cuando se costipaba se le inflamaban los vasos sanguíneos. Al tiempo descubrí que la única manera de evitarlo era darle antibiótico continuamente. Pero el problema es que, como sólo lo venden con receta, eso nos obligaba a pequeñas mentiras y viajes repentinos a Madrid a visitar nuevas farmacias.

Afortunadamente se le pasó, al tiempo que el mayor y luego la pequeña se rompieron sendos brazos en el patio de casa, practicamente en el mismo sitio. Luego al chico lo operaron de apendicitis de urgencia. Mientas tuvimos que comprar una máquina de aerosoles porque los tres la necesitaban. Después de una varicela que afectó a los dos mayores y mi marido, que estuvo fatal, me tocó el turno a mí, que visité el hospital, una vez por gastritis,otra por vértigos y otra por diverticulitis. Cuando ya parecía que lo peor había pasado, empezaron a enfermar nuestros parientes.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

El regreso de la inspiración

Me abandonó hará unos tres años, tras la muerte de mis padres, y no ha sido hasta ahora que he empezado a notar su regreso. Siempre me han pasado cosas extrañas, así que ya no me sorprendo de nada, como de que me pasara el día escribiendo y de pronto no me saliera ya ni una línea. Creo bastante en el destino; eso de que, si naciste para martillo, del cielo te caen los clavos. Aunque como yo suelo decir, creo que nací más bien para clavo, si no no se explican todas las cosas que me han ocurrido a lo largo de la vida.

Por ejemplo, mis tres embarazos y tres partos fueron un desastre.  El primero lo pasé vomitando y con riesgo de preclamsia, el segundo con ciática y el tercero con calambres continuos. Los dos primeros partos con ventosa. El niño nació con una hendidura en el paladar y la niña con una contractura en el cuello y soplo cardiaco. Además los dos tuvieron cólicos y apenas dormían. La tercera fue muy tranquila hasta los seis meses pero después se volvió noctámbula y no había quien la acostara. Aparte, los tres empalmaban bronquitis y neumonías con toda naturalidad.

martes, 13 de noviembre de 2018

La vida de un ama de casa

Una vez me enfadé con un escritor famoso porque decía que la vida de un ama de casa era tediosa y no aportaba nada a su marido. Se ve que él no lee este blog y otros muchos o sabría que las apariencias engañan y la persona más insulsa puede guardar las experiencias más inesperadas. No me gusta hablar de la parte más truculenta de mi historia, pero ya sabéis que morí al poco de nacer y me resucitaron, cosa que me dejó algunas secuelas. Pero no había hecho más que empezar porque antes de los diez años ya había presenciado un intento de suicidio.

Tendría unos doce la primera vez que intentaron matarme, aunque no sería hasta los veinte el intento más serio, que no el último. A continuación a los veinticinco tuve un embarazo de riesgo, a los treinta estuve a punto de perder a mi hija mediana, a los treinta y cinco al mayor y a los cuarenta a la pequeña. No se puede decir que no haya tenido una vida emocionante. Más de lo que yo quería. Para que luego venga un señor escritor, con su vida monótona y acomodada a decirme que no tengo nada que contar. El problema no es que no tenga, sino que no quiero.

lunes, 12 de noviembre de 2018

El copo de nieve

He encontrado un canal de you tube muy interesante que se llama Psico vlog. Resulta que ahí hablaba de algo que me dijeron el otro día, que yo era un copo de nieve único y delicado. Me gustó mucho pero no es cierto. Quiero decir que nadie somos tan especiales. Todos somos únicos, es cierto, pero muy parecidos y eso de sentirse especial puede ser un problema a la hora de afrontar la realidad porque lleva al victimismo. Porque cuando uno creo que merece algo mejor, en cierto modo que la vida, o el gobierno o la gente le debe algo, eso lleva a convertirse en un narcisista.

Por desgracia, cada cual debe buscarse sus propias habichuelas y la vida depende mucho del esfuerzo que hagas por mejorar. No puedes esperar que las cosas te caigan del cielo porque lo mereces, porque yo lo valgo. No puedes vivir esperando un milagro. Somos granos de arena en una playa y lo normal es que sólo afectemos a los granos de alrededor y el resto del mundo ni se inmute. Cuando uno vive pensando que es especial y por tanto todo lo que desea lo puede conseguir, lo normal es que acabe amargado y frustrado y culpando a los demás de sus problemas.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Prosopagnosia

Llamada también ceguera social consiste en la incapacidad de reconocer el rostro de las personas. Sin llegar al nivel de no recordar a tus parientes, yo también tengo algo de eso, puesto que tras seis meses de clases no recuerdo los nombres de mis compañeros y, si los veo fuera de contexto, no sé de qué les conozco. Lo cual resulta muy incómodo. Supongo que es debido a que me faltó oxígeno en el cerebro cuando era niña. Eso también explica mi nulo sentido de orientación. Tanto es así que, si entro sola en el Corte Inglés, luego tengo que preguntar para encontrar la salida.

Es una de las razones por las que no conduzco nunca en Madrid. Me perdería a la vuelta de la esquina. Además luego no sabría encontrar dónde he aparcado el coche. Tampoco puedo seguir un Gps. La causa no es mi edad sino que siempre ha sido así, aunque la verdad es que no le daba demasiada importancia. Lo tenía asumido. Pero naturalmente limita mucho mi vida social. Afortunadamente mi marido sabe que tiene que llevarme y traerme como si fuera una niña pequeña. El otro día mi hija me pidió que la recogiera del aeropuerto y sintiéndolo mucho le tuve que decir que era incapaz.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Ni ver, ni oir, ni hablar

Siguiendo la máxima budista hace ya unos años que no veo bien, ni de cerca ni de lejos, ni con gafas. Por otra parte, tengo sordera social, no oigo bien cuando hay mucha gente. Esta semana además tengo un oído tapado. Y, como ya sabéis, tengo poquita voz y aguda, por lo cual la gente no suele oírme bien y menos si hay ruido de fondo. Así, que eso contribuye a mi aislamiento social, porque cuando voy a comer a un restaurante, por ejemplo, no distingo las conversaciones. Por otro lado, al conducir de noche, como tengo fotofobia desde siempre, me deslumbran las luces y procuro no hacerlo.

Entre eso, y que mis rodillas ya no dan para mucho más, soy una candidata perfecta a acabar aislada en casa. No es una cosa que me preocupe demasiado porque nunca he sido muy activa, pero sí que sentiría no poder viajar de vez en cuando. Si no ver, no oir y callar es una virtud desde luego yo voy para virtuosa, pero hace que en las reuniones me aburra bastante. por eso siempre procuro que no sean de más de seis personas. Por suerte, en internet, eso no tiene importancia, porque puedo comunicarme sin restricciones a pesar de mi limitaciones.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

La zafiedad o el anuncio de fútbol

He visto varias veces un anuncio de fútbol de una empresa de telefonía que representa para mí todo lo que detesto. Aparece un forofo de ese deporte haciéndose pintar la cara de sus colores por su hija y luego implicando a su hijo en las celebraciones. La clase de persona que llora cuando pierde su equipo porque lo aprecia más que a su madre. Que hoy puede ser el fútbol y mañana cualquier otra cosa porque el caso es dejarse llevar para no pensar en lo que está bien y lo que está mal. Víctima propicia de cualquier populismo. Una persona que sólo sabe ir en manada.

Asiduo seguidor de realities de cualquier tipo, que lo mismo hoy es la música y mañana la cocina. Es el tipo de persona que se deja llevar por el sol que más calienta en cada momento. No me gusta nada que hagan un anuncio dirigido precisamente a esa clase de gente monotema, favoreciendo su actitud. No digo que la televisión tenga que ser educativa, pero tampoco está para favorecer los vicios. Y ya he hablado alguna vez de los anuncios de juego, que me parecen peor todavía. Eso es ir a lo fácil, a lo que vende y por desgracia funciona. Nadie quiere hoy en día que le hagan reflexionar.

sábado, 3 de noviembre de 2018

No hay trabajos poco dignos

Hay personas poco dignas. Quiero decir que cualquier trabajo se puede hacer con dignidad si se desarrolla lo mejor posible. Hay un barrendero en mi barrio que parece un señor que va a la oficina, si no fuera porque arrastra el carro de la basura. Hay muchos dependientes y camareros que son más señores que las personas a las que atienden. Se trata de tener educación, compostura y modales. Y eso no depende del trabajo, ni del salario. Depende del saber estar de cada uno. De hacer el trabajo con seriedad, profesionalidad y entusiasmo .

Me acuerdo de que una vez vino a casa un señor mayor, técnico de lavadoras, que podía haber pasado fácilmente por un aristócrata por su manera de hablar y de comportarse. Y además, seguro que ganaba un buen salario, porque cuando alguien es un profesional de valía y con experiencia, eso se paga. Un fontanero o un oficial de la construcción pueden tener un gran sueldo, así como los camareros más cotizados de los establecimientos de categoría. Lo que pasa es que en España se valora demasiado la titulación. Pero para dar clases de dignidad, nada mejor que un anciano labriego de cualquier pueblo.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Misión cumplida

Este mes dejo mi blog Sobre ideología de género. He republicado toda la información que he encontrado al respecto pero supongo que no ha tenido mucha repercusión. Pero, como decía el otro día, que no se diga que no lo he intentado. El blog del aborto Por el derecho a nacer he pensado que intentaré que siga en marcha, si consigo datos suficientes. Es un tema muy importante para dejarlo pasar. El número de visitas es bastante más alto de lo que parece, aunque nunca me comenta nadie.

También me ocupa bastante tiempo el Facebook, donde tengo 5000 amigos y me dedico principalmente a difundir temas políticos con perspectiva de derecha. También entro en páginas religiosas que están en contra del Papa Francisco, lo cual me trae bastantes críticas, pero tengo que ser consecuente con lo que pienso. Digamos que el grupo de las personas conservadoras, que están contra el aborto, pero no les gusta el Papa actual es bastante restringido, pero he conseguido hacerme un hueco.