lunes, 8 de enero de 2018

3. La gimnasia

Como ya he contado yo era una nulidad en gimnasia. Carecía de fuerza, de equilibrio y de elasticidad. Al cabo de los años descubrí que tengo un problema de laxitud en los tendones que hace que mis articulaciones no estén bien sujetas. Pero eso fue a los dieciséis años, cuando se me luxó una rodilla. Entretanto pasé diez años haciendo el ridículo más espantoso dos veces por semana. No era lo mejor para la autoestima ni para hacer amigos. Mis padres no quisieron darme de baja porque pensaban que el deporte me venía bien, pero si me hubieran visto lo habrían hecho.

Además por entonces se hacía gimnasia deportiva. Algunas compañeras conseguían hacer el salto mortal mientras yo apenas pasaba de la voltereta para adelante. Más tarde pasamos a la gimnasia artística, pero yo en coordinación también era un desastre. Así que tuve ocasión durante cientos de horas de sentirme lo peor de lo peor. Ahora  voy a taichi con señoras que me llevan casi veinte años, sigo siendo un desastre  pero me pongo en un rincón y procuro que no se note mucho. Al menos allí nadie me dice nada.

12 comentarios:

  1. Mi querida amiga. Tienes que aprender a reirte de ti misma. Yo a veces lo hago y tu entrada me ha recordado a un relato que escribí. Resulta que yo no se bailar y cuando lo hago, mi familia se averguenza de mi...te dejo este relato y ya me dirás.

    El John Travolta de Rute: Allá va.


    Un baile compulsivo

    No sé muy bién cuanto tiempo hace que no bailo. Recuerdo a mi hermano que se avergonzaba de mí por ver a 1.83cm bailar de esta forma tan destartalada.
    Todo ocurrió un día de fiesta de Navidad. Mi colegio cantaba villancicos o preparaba obras de teatro y yo, debutaba como bailarín al son de los Bee Gees. Recuerdo la foto de aquel maldito single donde John Travolta disparaba su dedo al cielo en medio de una discoteca con luces multicolores y las chicas de mi pueblo se lo comían a besos. Yo por entonces era un chico atractivo...elegante...con clase...golfillo como debe de ser...Total, un tio con gancho al que las chicas soñaban con el de la forma más coqueta y permanente. Mi profesora me animaba por creer en mí dotes para el baile y todas las chicas de mi clase se me ofrecían por acompañarme y hacer coros a este jilipollas (me refiero a John Travolta)...
    En el día del estreno no se cabía de gente en el salon de actos. Mi profesora tenía fe en que todo saldría bién y las chicas de mi clase se sabían de memoria cada paso y pirueta...Por el megáfono, la chica de moda de la clase me anunciaba como el John Travolta de Rute (cosa que esa presentación no me agradaba lo más mínimo)y la música comenzó a sonar. A veces pienso si mi sentido del ridículo se debe a ese baile estrafalario; mover mi piernas de alambre como la gallina turuleta o por escuchar los silvidos y las protestas más oscenas del distinguido público. Total un desastre... Sin poder evitarlo aquella actuación marcó mis dotes expresionistas y ahora sólo bailo en privado. Me da verguenza recordar aquel show y mi profesora nunca jamás me refirió nada de nada...y tampoco mis compañeras de baile. Aquello quedó oculto y sin opinión durante el resto del curso; como un familiar que omite la verguenza de su familia...
    Pero esta tarde me dió el gusanillo de volver a bailar. Me he comprado un CD maravilloso y aquí, solo en mi casa, mis piernas me recordaban aquellos pasos de baile y he de reconocer que me he sentido feliz. Si me vierais con qué estilo muevo mis piernas y me agacho y me levanto, salto y corro por mi salón, parece que estoy corriendo detrás de los perdigones por el campo. Ahora os dejo, que tengo que bailar...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Imagínate si eso tuvieras que hacerlo dos veces por semana durante años. No tendría tanta gracia. Un beso.

      Eliminar
  2. Yo creo que ya no podría hacer taichi ni ningún tipo de ejercicios, lo mio es la natación y ahi si que me desenvuelvo bien.Tu sigue con esto que seguro te irá muy bien.Besicos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En mi clase hay una señora de ochenta años. Un beso.

      Eliminar
  3. Yo siempre me quedaba sentada en el potro, no había forma de saltarlo, ja ja. Ahora voy a zumba y pilates, con personas de mi edad, mucho más jóvenes, y también algunas, mayores. Sigo sin coordinar, pero ahora me río, no es igual que cuando eres adolescente y todo te asusta. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se ve que aquí estamos los torpes. Mis compañeras lo conseguīan todas. Un beso.

      Eliminar
  4. Lo importante es hacer lo que quieras, si a ti te gusta está perfecto, disfruta. Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gusta pero apenas puedo hacer bien la mitad. Un beso.

      Eliminar
  5. Y qué importa!!, la cuestión es que te distraigas y sigo diciendo que te quites los complejos. Seguro que tienes otras habilidades Susana.

    ResponderEliminar
  6. Ahora ya no sufro pero de pequeña lo pasaba fatal. Un beso.

    ResponderEliminar
  7. La práctica hace al maestro. No te importe si te ven, si se ríen. Si te critican. Imagina que estás sola. Ponte una meta diaria y cuando menos pienses ya eres de las mejores.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya estoy mayor para mejorar pero afortunadamente nadie me critica. Un beso.

      Eliminar