No entiendo esa pasión por lo culinario que le ha entrado a la gente últimamente desde que en televisión se pusieron de moda los realities de cocina. Pero sobre todo no comprendo el espíritu castrense que tienen esos programas, donde a los concursantes se les maltrata y ellos lo aguantan todo y lloran por la esperanza de conseguir un trabajo. Me parece realmente denigrante. Pero es que además eso no es comida, de la que comen las personas normales en España. Es un experimento.
Se trata de jugar con ingredientes lo más raros posible para hacer mezclas, como cuando de niños en casa hacíamos sopitas con lo que encontrábamos, y luego no nos la comíamos naturalmente. El resultado es algo caro y poco nutritivo que sólo los jueces pueden apreciar. Como siempre digo, mientras medio mundo se conforma con comer todos los días lo mismo, si lo consiguen, nosotros nos dedicamos a jugar a las comiditas desperdiciando la mitad. Me parece poco ético.
Y por cierto, tampoco me gusta la afición a comer cachorros en estas fiestas. Me da mucha lástima y también es un desperdicio.
No soporto estos programas culinarios y no los veo, si puedo decir que estuve en una boda en un restaurante de Pedraza que la dueña es Samantha Vallejo-Nájera y me decepcionó tremendamente con lo que nos dieron para cenar pues esperaba otra cosa de una cocinera de esa categoría.Besicos
ResponderEliminarCuanta más categoría es peor. Un beso
EliminarAdemás los jueces se dan una importancia como si fueran reyes.
ResponderEliminarMe temo que he perdido un comentario de Laura m.
EliminarLo mejor son las comidas de siempre.
Y sobretodo la comida española. Un beso
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