domingo, 8 de julio de 2018

Es peligroso proclamar la verdad

ES PELIGROSO PROCLAMAR LA VERDAD

Aunque con unos días de retraso, no queremos dejar de publiar la valiente y ejemplar homilía que el padre Custodio Ballester pronunció en la festividad de San Juan Bautista de este año, en su localidad natal de Benicarló, donde vive en la actualidad, tras años de ejemplar sacerdocio en Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, sirviendo siempre con fidelidad y amor a las ovejas encomendadas a su pastoreo. Les animamos a leerla, de principio a fin. Es una joya que no tiene desperdicio y dice más verdades que un santo. Así está Benicarló, así está España en la mayoría de sus poblaciones y ciudades. La España, otrora mariana y del Corazón de Jesús se ha vendido al mejor postor.
Agradecemos a Dios por darnos al padre Custodio, un sacerdote que no calla ni pacta con el mundo, porque ama a las almas y su salvación.
Dios le bendiga, padre, y seguimos orando por usted.
El equipo de comovaradealmendro.

Homilía pronunciada en la Parroquia de San Bartolomé de Benicarló en la Solemnidad de  la Natividad de Juan Bautista.

El profeta es un llamado, convocado al Consejo de Dios. “Del vientre de mi madre me llamó el Señor por mi nombre”, dice el introito de la misa. “Y puso mi boca como espada aguda”. El profetismo es pues institución de Dios y está provocado por su Espíritu
Jesús es el verdadero y definitivo profeta y por el bautismo participamos de su misma misión: profetas que deben anunciar la verdad, sacerdotes que ofrecen su vida como oblación agradable a Dios y reyes que no se arrodillan ante nadie, sino sólo ante Dios, rey y soberano de Cielos y Tierra
El auténtico profeta es portavoz del Señor y su palabra se cumplirá porque habla en nombre de Dios Todopoderoso, por mandato suyo.
Dios irrumpe en la vida del profeta. En el caso del Bautista -el mayor de los nacidos de mujer- aún antes de ser concebido, ya existe en el corazón de Dios que le confía una tarea, una misión. El profeta descubre y denuncia el pecado del pueblo y pone en juego toda la existencia humana, a favor o en contra de su anuncio. Juan es el que prepara el camino a Jesucristo, nuestro Salvador.
Y como profeta que estoy llamado a ser por la ordenación sacerdotal, “el Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”…pensaba esta semana sobre nuestro pueblo, sobre Benicarló. Cómo era antes y cómo es ahora.
Antes… en la clase de párvulos de doña Benilde, allí en el Marqués, donde con cuarenta chiquillos -ella sola- nos enseñaba a hacer la señal de la Cruz y nos explicaba historias profanas y sagradas y de tal manera lo hacía, que nos mantenía atentos y boquiabiertos.
Y la novena del Cristo del Mar… que vino a liberarnos del cautiverio del pecado y de la peste del error: el templo lleno a reventar, gente de pie o sentada en los laterales. Aquellos predicadores que nos hablaban del precio de la salvación: la sangre de Cristo, el Cordero sin mancha ni pecado. Que nos hablaban de la necesidad de implorar la misericordia de Cristo en la confesión… porque todos hemos pecado.
Y recuerdo que a los pies de la barca del Cristo del Mar yo pensaba muy pequeño, de la mano de mi abuela, que un día yo subiría con Jesucristo a esa barca y navegaría con Él en medio de todas las tempestades, con la seguridad de atravesarlas todas.
Recuerdo también como, para ir a confesar cualquier día, había que hacer cola en la capilla del Santísimo durante un buen rato.

Miraba en mi infancia el altar mayor y contemplaba el icono de Jesús partiendo el pan de la Eucaristía y sentía como me acompañaba en Benicarló la fe de un pueblo, no de boquilla y cumplimiento, sino una fe operante en la práctica del bien.
Pero ¿y ahora? ¿cómo es ahora Benicarló?
No es sólo que el templo parroquial rara vez se llene, ni siquiera en la Novena.
No es sólo que los sacerdotes se pasen el rato en el confesionario más solos que la una, escuchando como se dice a la Santísima Virgen “ruega por nosotros pecadores”; y a pesar de repetir tantas veces el “ruega por nosotros pecadores”, muy pocos se sientan constreñidos a confesar sus pecados.
No es sólo que los colegios, no ya los públicos, sino también los católicos, estén llenos de niños con familias que ya no pisan la iglesia salvo en contadísimas ocasiones y donde confesar la fe y la moral católicas o no se hace o se hace tantas veces de manera vergonzante.
No es sólo eso…
El Ilmo. Ayuntamiento de Benicarló, al que contribuimos todos con nuestros IBIS y tasas diversas, ha organizado del 26 al 28 de junio diversos actos de apoyo al activismo LGTBIQ -en inglés: Lesbian, Gay, Transexual, Bisexual, Intersexual (a los que les va todo) y Queer (los que no son ni una cosa ni otra, sino todo lo contrario). La iniciativa oficial se llama Haciendo latir resistencias. Consistirá en la proyección de una película pornográfica con sexo lésbico y con discapacitados; en una obrita de teatro, una performance de postporno feminista en la capilla de San Francisco -el antiguo convento desamortizado y propiedad del Ayuntamiento- una serie sobre una mujer atrapada en un cuerpo de hombre, un espectáculo con Frau Travesti Residente, todo ello en la plaza pública, y un acto institucional en el Ayuntamiento en favor de todas las filias que hasta hace nada eran los peores tabúes, y contra todas la fobias habidas y por haber.
Y este es el objetivo que persigue la incitativa del Ilmo. Ayuntamiento. Lo dicen ellos mismos: “Haciendo latir resistencias es el proyecto que ha iniciado el Ayuntamiento de Benicarló para reconocer la diversidad afectiva, corporal y sexual que existe en Benicarló. Se han diseñado diferentes actividades y acciones para informar y sensibilizar a todos los colectivos locales alrededor de la diversidad de los diferentes lenguajes; tanto en los modelos afectivos o familiares (dos mamás, dos papás) como en la orientación sexual de las personas. El objetivo que se persigue es su plena normalización, sin permanecer ciegos a los diferentes ejes de desigualdad (como la raza, el poder adquisitivo, la procedencia o la religión) que empobrecen y vulnerabilizan a las comunidades Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales, Queers y más.”
Y acaba: “Respetar la diversidad social y trabajar por la igualdad legal y social de todas las personas sin diferencia es nuestra responsabilidad como servicio público.”
O sea, que antes de que llegaran ellos al Ayuntamiento en Benicarló no se respetaban los derechos de los diferentes… ¿Alguno de nosotros les ha perseguido para hacerles daño? Desde el Ayuntamiento nos quieren enseñar a respetar las diferencias que parece que en Benicarló, hasta ahora, nunca se han respetado.
Pero hay más…  se atribuye el Consistorio Municipal la obligación de hacernos comer con patatasnormalizar– lo que ahora y siempre la tradición y la doctrina católica, con San pedro y San Pablo, ha considerado un pecado gravísimo y una preocupante perversión.

Se atribuye también el Ayuntamiento de Benicarló el derecho de señalar nuestra religión no ya católica, sino simplemente cristiana, como un eje de desigualdad y de maltrato para los que viven su sexualidad de espaldas a los Mandamientos de Dios.
Ciertamente nadie puede obligar a nadie a vivir conforme a la doctrina y moral cristiana, pero nadie tiene la potestad de obligar a los cristianos a pensar como piensan ellos. Y se han empeñado en conseguirlo.
Y los mismos que, con nuestro dinero, viven de nosotros con sueldos más que decentes, y que organizan y pagan estas sesiones públicas de pornografía, son los mismos que desfilan en lugar de preferencia detrás del Cristo de Mar en la procesión y están en la primera fila en la Misa de San Bartolomé…
Hace sólo cincuenta años nuestros padres y abuelos los hubieran corrido de la Iglesia a gorrazos. Pero, ¿Y ahora? Sí, sí… Alguno de vosotros me ha dicho que él no irá a los actos. ¡Sólo faltaría! Pero eso ¿es suficiente para tranquilizar nuestra conciencia tan tranquila y acomodaticia ya de por sí?
Dentro de un año en las elecciones municipales ¿volveréis a votar a los mismos? ¿A estos o a los otros? ¿Es que en una ciudad de 25000 habitantes no hay 22 personas de bien que quieran trabajar por su pueblo, independientemente de las directrices de los corruptos que nos gobiernan en Castellón, Valencia o Madrid? ¿Es que no hay nadie que quiera hacerlo? Ufff… alguno me dirá que la gente buena, honrada y competente no quiere líos… Ah, claro. “Fuera hace mucho frío”. Es más cómodo vivir a la sombra de los millones que nos llegan desde Castellón, Valencia o Madrid, aunque vendamos nuestra filiación divina por un plato de lentejas. Y alguno dirá que estoy haciendo política… ¡No! Hablo de fe y de moral, pero no de una cualquiera, sino de una fe y una moral operante en la práctica del bien: la fe de nuestros padres y nuestros abuelos.

¿O es que se va a cumplir de nuevo aquello que me explicó mosén Tomás Sanz? El anciano sacerdote que fue capellán de las monjas concepcionistas me contaba: “Cuando empezó la Guerra Civil hacía dos años que yo era sacerdote. Me escapé de Forcall y estuve escondido un tiempo en Benicarló. Un conocido del comité revolucionario me consiguió un salvoconducto -también había gente compasiva en el Comité- para viajar a Valencia y esconderme allí con mi madre con más facilidad. En octubre de 1936 me dirigí a la estación y allí me reconocieron los patrulleros de la CNT-FAI, me rompieron el salvoconducto y me metieron en un tren para fusilarme junto con mi madre en la siguiente estación. Sólo el padre de mosén Federico salió en mi defensa… y lo apartaron a empujones.”
“La Estación de Benicarló -me decía- estaba llena de gente. Todos me conocían…Todos se apartaban de mi como si tuviera la peste.” Y afirmaba mosén Tomás con un dolor inmenso: “Es que los católicos del año 36 son, en gran parte, como los de ahora: Conservar lo suyo… ¡Sin comprometerse!”.
¿Es así también ahora Benicarló? ¿La sangre de nuestros mártires no tiene ya importancia para nosotros? ¿Sus nombres se han borrado de nuestra memoria? ¿Alguien piensa que lo que se decide en Castellón, Valencia o Madrid no va a llegar más pronto que tarde hasta aquí?
Cuando a vuestros hijos y a vuestros nietos los que nos gobiernan les hayan robado la inocencia de sus cuerpos y de sus almas… Cuando en los colegios -también en los católicos- aparezcan los educadores afectivo-sexuales de la Generalitat o del ayuntamiento y vistan a las niñas de príncipes y a los niños de Adas madrinas… y les digan que pueden elegir su sexo cuando quieran. Cuando multen a sus padres y les quiten la patria potestad… por decirles que ser hombre o mujer es un don definitivo de la naturaleza y que la práctica de la homosexualidad es un grave pecado. Cuando en el hospital más cercano den el matarile con la eutanasia -ahora voluntaria, después obligatoria- a los ancianos enfermos crónicos y saneen así la caja de las pensiones… Entonces, sólo entonces irá alguien a llorar al Cristo del Mar… y al Cristo del Mar, que escucha a los que le son fieles, ¿le habremos dejado algún resquicio en Benicarló para que pueda ayudarnos?
¿Creéis acaso que los musulmanes que están entre nosotros, nos respetarán y nos admirarán por el festival de depravación que nos ha organizado el ayuntamiento? Permitidme que os ahorre la durísima calificación que nos dedican por haber aceptado el sometimiento de nuestros niños y niñas, jóvenes y adolescentes a esta estremecedora ingeniería sexual: promovido todo desde el poder político. Lo más terrible para nosotros es que, igual que nosotros respecto a ellos juzgamos a bulto, ellos creen que el cristianismo es exactamente eso que van a ver estos días en nuestras calles. ¿No habéis caído en la cuenta de que tanta depravación alimenta su conciencia de que tienen la obligación sagrada de luchar contra tanta infamia? ¿No os dais cuenta de la hipocresía que representa respetarles el Ramadán y el menú halal en el colegio e incluso pretender eliminar la Navidad por no ofenderles, al tiempo que les pasamos por los morros lo más antimoral que ellos pueden concebir?
Los responsables de enseñar la recta doctrina a los fieles, no tenemos derecho a pasar de largo de estas cosas sin hacer oír la voz de la Iglesia, nuestra Madre y Maestra. No es plato de gusto y acarrea muchos sinsabores llama al pan “pan”, y al vino “vino”. Pero ahí tenemos el ejemplo de san Juan Bautista. Denunció la mala conducta de Herodes, y éste le hizo callar cortándole la cabeza.
Si me persiguieron a mí -dice Jesús-, también os perseguirán a vosotros (Juan 15,20). Quien no toma su Cruz y me sigue no puede ser mi discípulo (Mateo 10,38). Porque aquello de Aquí paz y después gloria es una soberana memez que sólo puede consolar a los que quieren creer que tras la muerte no hay juicio ni condenación para todos los inicuos: los de dentro y los de fuera.
Dice el Apóstol Pablo: “Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto” (Romanos 12, 1-2). Que así sea.

Custodio Ballester Bielsa, pbro.
www.sacerdotesporlavida.info
http://comovaradealmendro.es/2018/07/es-peligroso-proclamar-la-verdad/

2 comentarios:

  1. Una homilía genial donde no dice más que verdades de la triste realidad por la que estamos pasando en España. Me damucha pena lo que nos está tocando vivir pues resulta que nuestros políticos cada vez les estan dando mayor importancia a las personas con tendencias sexuales que van en contra del ciclo de la naturaleza hasta el punto de que a los heteroxesuales nos están considerando cómo un "bicho raro" y nadie nos reivindica y al paso que vamos tiene toda la pinta de ir a peor.Besicos

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    1. Hay poca gente tan valiente como este sacerdote. Un beso

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