jueves, 5 de abril de 2018

De los cuarenta

Cumplía cuarenta años y me las prometía muy felices ahora que nuestros hijos ya estaban más sanos. Pero no contaba con el resto de la familia. Recuerdo el día que nos llamaron para decirnos que el hermano de mi marido tenía un tumor cerebral. Después de muchas operaciones y tratamientos murió al cabo de un año. Al poco murió la mujer de mi hermano de un cáncer que tenía desde hacía cinco años. Fue por esa fecha más o menos cuando a mi padre le pusieron la diálisis y mi madre empeoró del parkinson. Después murió otro hermano de mi marido. Un primo, una mujer de primo, seis  tíos. Dos cuñadas siguen en tratamiento al igual que una sobrina, lo peor, muy jovencita.

No contaba con los que es de esperar que se mueran por su edad y al ser familias numerosas son muchos. Diez tíos abuelos si no llevo mal la cuenta. Mi abuelo y mi suegro habían muerto ya antes. Así que nos pasamos esta década con más funerales que cualquier otra cosa. Cuidar de mis padres fue la prioridad y verles deteriorarse poco a poco, lo más duro que he tenido que soportar en mi vida. Al cumplir los cincuenta ya no podía más. Me sentía una anciana, lo que no es raro porque siempre me he sentido por encima de mi edad. Ahora sólo espero que llegue la época de bodas y bautizos, pero empiezo a perder la esperanza.

10 comentarios:

  1. Pues tal vez no haya bodas ni bautizos pero seguro que habrá motivos de alegría, ya lo verás. Besos!!

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  2. A veces las penas llegan juntas para que se gasten pronto y dar paso a momentos mas alegres. Abrazos

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  3. Los claroscuros de la vida. Unas veces es todo alegría y otras la tristeza lo invade todo.
    Abrazos, guapa.

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  4. Es muy duro Susana. Lo siento mucho cariño. Besos :)

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  5. La vida está llena de muchas penas y escasas alegrías y el pasar por el trance de ver morir a seres queridos es muy duro y nunca te acostumbras.Besicos

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