El otro día estuve en el funeral de una señora muy rica. Sus nietos le agradecían lo bien que lo habían pasado los veranos en un palacete que les dejaban en una ciudad con playa. Como dijo el sacerdote, muy acertadamente, agradecían lo que había podido hacer por que tuvieran una vida mejor. Entonces me puse a pensar qué podrían poner mis parientes en mi panegírico. Se me han ocurrido un par de cosas. Por ejemplo: siempre tenía chocolate en la nevera. Y es cierto. O por fin lavó la ropa interior.
Eso tiene su historia. Es que yo lavo la ropa interior con agua caliente, así que la voy dejando en un cesto hasta que se llena, por no desperdiciar energía. Como a veces tarda dos o tres semanas en llenarse, ya me andan protestando de que se les acaba la ropa. Así, que qué mejor homenaje que decir que al fin lavé la ropa interior. Porque lo de pagarles las vacaciones o comprarles un coche por su cumpleaños me temo que no va a poder ser. Y las otras virtudes ya se sabe que no valen tanto.
Es curioso que en los funerales siempre elogian al difunto, aunque en vida haya sido una mala persona.
ResponderEliminarUn abrazo.
En el de mi madre, nadie dijo nada, tal vez por ser una buena persona. un beso
EliminarEspero que al mio vayan a reír, a reunirse con la familia. Lo bueno (poco) ya me lo dicen en vida. Abrazos
ResponderEliminarEs mucho mejor así. Un beso
EliminarMuy buenos tus penegíricos.....lo del chocolate también lo pondría yo.Besicos
ResponderEliminarEs un punto a favor. Un beso
EliminarEn mi panegírico yo que vivo solo y sin familia y además me lavo la ropa intrior, me gustaría que entraran en mi blog para nombrar mis amigos blogueros y entre ellos, tú
ResponderEliminarEs todo un detalle. Un beso
EliminarLo del chocolate en la nevera, realmente a mí me parece ¡sublime!!
ResponderEliminarBesos.
Es imprescindible. Un beso
Eliminar