Cuando yo tenía unos quince años debía ser muy guapa con mi melena rubia y los ojos verdes. Pero el título de guapa ya lo tenía mi hermana, así que yo me agachaba porque pensaba que era demasiado alta, llevaba el pelo sucio y miraba al suelo, porque era muy tímida. Luego descubrí que era inteligente, aunque el título de lista en casa ya se sabe quién lo tenía. Yo tenía el de torpe y lenta. Así que a los cuarenta años llegué a la conclusión de que había sido guapa y lista, cuando ya estaba dejando de serlo. Supongo que enterré mis talentos, porque nadie me avisó de ellos.
Más tarde, me las arreglé para cruzarme con más gente que me hiciera sentir de menos, porque no me arreglo, porque no tengo carrera, porque no sé hacer croquetas... Incluso en internet me han dicho de todo. Así que mi autoestima sigue estando por los suelos, pero ya no importa porque ya voy cuesta abajo y sé que cada día seré menos guapa y menos lista y todos acabarán teniendo razón. Pero lo que no he sido nunca es mala persona, porque no me sale, y ese título me temo que sí que lo voy a conseguir más pronto que tarde, sólo por decir lo que pienso.
Que importante es decirles a los niños todo lo que valen para que no caigan en ese agujero negro de no tener autoestima y sentirse inferiores a los demás.Besicos
ResponderEliminarYo se he dicho muchas veces a los míos. Un beso
EliminarTodos valemos mucho más de lo que creemos. hay que saber buscar las cosas buenas que están en nuestro interior y estoy segura que tú las tienes a raudales. El aspecto físico, los años..es lo que menos importa. Lo realmente interesante es el interior. Quiérete más a tí misma porque te lo mereces ¡Un beso muy grande, campeona!
ResponderEliminarYa es tarde para que lo piense. Un beso
EliminarSi tu hermana ya era maravillosa, nada te impediría que tú también y de esa forma fueran las dos. Porque de seguro lo eres, aunque te hagas menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando era joven es cuando necesitaba creerlo. Un beso
ResponderEliminarVamos mujer, que los demás nunca saben todo lo de nosotros y cuanto valemos. lamento por tus padres que no hayan sabido decirte lo mucho que vales. Un abrazo.
ResponderEliminarmariarosa
Lo malo es que yo no lo supe hasta que era tarde. Un beso
EliminarYa no valgo nada especial, me temo
ResponderEliminarSusana todos somos únicos e irrepetibles. Todos. Y lo cierto es que no siempre nos lo dicen, pero ahí está. ¿Tú no te mirabas al espejo? Lo de tu hermana... pues te comprendo. Pero una cosa no quita la otra. Yo soy bajita, morena con la piel casi traslúcida. Y tengo primas (no tengo hermanas) que son un auténtico bellezón, por cierto, rubias y con ojos verdes, también. Pero ¿sabes? Bueno, así soy yo, y aquí estoy en este mundo para algo, o eso espero. Y lo que los demás piensen de mí, pues nada, es cosa de los demás.
ResponderEliminarEn cuánto a decir lo que piensas, hay que ser muy valiente para hacer eso.
Un beso :D
¡Ah!, Con lo de la edad... cariño... quién tuvo, retuvo. Seguro que sigues siendo un bellezón. :D
Tuve todo para triunfar y no lo hice. Por eso me siento culpable. Un beso
EliminarTodos tenemos cosas buenas. Las dos hermanas podéis tener cosas maravillosas aunque distintas. También tenemos cosas malas pero basta con aceptarlas intentar mejorarlas y a veces hasta reirse de ellas mismas. Quién dijo que teníamos que ser perfectos? Un placer descubrir tu blog me quedo por aquí como seguidora. Besos
ResponderEliminarBienenida. No tengo nada de perfecta. Un beso
EliminarTodos valemos y tenemos que cuidar la autoestima.
ResponderEliminarMe siento algo identificada con esta entrada.
Te mando un fuerte abrazo Susana.
Si no se cuida en la niñez luego es tarde. Un beso
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